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Con Claudio y Tomas JUNTOS PODEMOS MÁS

La violencia que NO VEMOS.

Una reflexión interna y externa de nuestra sociedad
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Claudio Ávila M.

Primero convenir dos cosas. La violencia no solo es física, se puede dar de forma sicológica, económica, social, racial, etc.
Segundo, existen diversas formas de transmisión, donde la televisión y los medios de comunicación, junto con el ejemplo de la sociedad directa en que vivimos, son los que hacen la contribución mas importante.
Un día, estando en campaña en el paseo peatonal, le entregue un volante a un señor. Este lo tomo, alzo su mano al aire, y lo soltó para que se lo llevara el viento.
Con otro, intente hablar mientras este caminaba despacio. Sin embargo todo el tiempo que le hable hacia como que si yo no existiera.
Cual es el problema?, el intentar hacer una actividad política, con gente que está demasiado apática, u otra razón que no vemos?
Cuando llegue de vuelta de España, con la mejor pinta que tenía, comencé a buscar una calle en Santiago donde debía hacer un tramite. La mayoría de la gente a la que preguntaba me trataba con una frialdad y con una desconfianza, como si yo quisiera robar.
Para ejemplificar un matiz interno, relataré una experiencia externa. Fuerte es el contraste dado en España, donde realicé una actividad muy similar a la de propaganda política y quede petrificado. Una amabilidad y cariño en los gestos, una dedicación y escucha de la gente que a pesar de ir apurada, se tomaba el tiempo para detenerse y dar excusas, una actitud en que siempre quedaba “enamorado” de las personas con las que hablaba.
Quizá la cordillera es demasiada alta, y no podemos ver otras realidades.
Los últimos días de mi estadía en España, sin querer y producto de mi descuido, cruce un semáforo en rojo. Un auto se detuvo a mi paso y espero a que cruzara la calle. Luego con un ademán me apunto el semáforo en rojo y encogió los hombros con una sonrisa. Yo dándome cuenta de mi error me abochorne bastante por lo ocurrido.
De regreso a Chile, justo el día de mi llegada y en pleno centro de Santiago, crucé un semáforo en rojo y un auto se detuvo a mi paso. Me dio un par de bocinazos y paso lentamente sobre mi espalda gritándome: “fíjate en el semáforo pos conchetumare”. Quede helado. Un golpe interno, fue como un cuchillo clavado. Quizá fue por el tiempo, un año y medio sin haber vivido una escena de violencia.
Hemos pensado alguna vez como es en realidad nuestra sociedad?.
La violencia esta presente día a día. No solo con los hechos de violencia que vemos en la televisión, en películas, noticieros, si no que en las actitudes cotidianas de nuestra gente.
Una reflexión critica en nuestras vidas puede clarificar esto.
¿por qué se da este fenómeno en Chile?, es una cuestión histórica?, es una cuestión inconsciente? o quizá algo mas...
Con ese algo más me refiero a mi visión personal. Según mi parecer el sistema es el violento y que nos transmite esa violencia, a través de la tele, a través de la educación, etc. Un sistema valórico y social impuesto por nosotros mismos, que se mantiene mientras no podamos verlo, y no hacemos nada por cambiarlo. Un sistema que explota a los seres humanos y los maltrata, a través del trabajo (esclavitud mas que sustento), en el sistema financiero (usurando a costa de la gente), con malas condiciones de vida (educación, salud, vivienda poco digna para la mayoría de las personas). Este sistema crea una inseguridad permanente y una situación interior de desconfianza y una sensación de pérdida (interno) para con el resto, lo que se manifiesta en impotencia, rabia, y finalmente en violencia, ya sea en su expresión física, sicológica, económica, etc.
¿qué hacemos?
Cambiar el sistema. Despertando y produciendo los cambios nosotros mismos, partiendo por la actitud personal.
Y tu que opinas?

1 comentario

Johanna -

En relación a este tema comparto completamente tu opinión, en Chile la gente suele ser muy indiferente, e incluso mal educada cuando se trata de entregar información de politica u otras actividades sociales que diferentes organizaciones sociales realizan, no se dan el tiempo de escuchar, dar una escusa o una sonrisa frente a quien con mucho esfuerzo trata de entregar información que en algun momento puede ser útil.